Durante las últimas dos décadas, la SCA ha sido un lugar para que la gente se reúna, celebre y crezca. Durante ese tiempo, hemos superado los límites físicos y nos hemos convertido en algo más que un lugar. Hemos ampliado todos los aspectos de la SCA, desde nuestro campus físico hasta nuestro alcance educativo y la escala de nuestras actuaciones, incluso nueva programación digital.

¿Quién podría haber imaginado que una fábrica de pasteles abandonada podría transformarse en un centro de arte comunitario, bullicioso y multidisciplinario? En realidad, un grupo de creativos imaginó exactamente esto... y poner a la SCA en su trayectoria.