Mi trabajo es una exploración de la estructura de la tela, creando abstracciones de una red viva invisible que funciona sin ser vista a nuestro alrededor. Los microbios sirven para reciclar los materiales básicos que componen toda la vida, transfiriendo energía y proteínas de una vida a otra, los componentes básicos de nuestro mundo. Mi fuente de imágenes es de organismos microscópicos, levaduras y hongos, todos los cuales desempeñan un papel central en cada ecosistema.

Un telar en su forma más simple son hilos bajo tensión: la tensión actúa como un dispositivo organizador que evita el colapso de los hilos en el caos. Estos hilos bajo tensión son los pilares con los que represento el mundo invisible del que dependemos. Utilizo un telar para hacer que grupos complejos de patrones sean estructuralmente inseparables. Estoy usando patrones, texturas y luz para hacer que la típica posición humana de ver una obra (de frente) sea menos colorida, literalmente. Cuando el espectador camina hacia un lado, se aleja de un punto central, los colores de la obra se revelan: fuertes, brillantes, casi como si estuvieran en un registro diferente. En este momento la intención es que el espectador mire por segunda vez, se acerque para inspeccionar la superficie. En el momento de mirar más de cerca, el cuerpo del espectador desempeña la función del microscopio. El volumen y el tamaño del tejido le permiten moverse lentamente, dando al espectador pistas para mover su cuerpo alrededor de la tela y tal vez echar un vistazo a la parte posterior, ¿otro frente?

La línea que sigue el hilo a medida que viaja de un borde al otro se puede comparar con la reordenación infinita de componentes simples que estructuran toda la vida: carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos. Los materiales utilizados son restos de molinos industriales reciclados y desechados, aptos en la metáfora de la reestructuración de los materiales más básicos de la vida que ya no son necesarios. De la misma manera que una imagen de una colonia viva de vida microbiana se traduce de una observación visual a un borrador de tejido, los múltiples estados de traducción desdibujan lo que es micro y lo que es macro, dando a cada uno una nueva consideración. Como este es mi interés, los títulos, que están escritos como cadenas de aminoácidos, dan una pista de la fuente conceptual. Las cadenas de aminoácidos pueden, y se han utilizado, para ocultar el lenguaje: como cada estructura es abreviada como un código de una letra, las palabras se pueden escribir como cadenas que imitan las de la naturaleza. Los nombres de los microbios en mis imágenes originales, criaturas vivientes reales, se nombran con una imagen ficticia que es correcta e irreal al mismo tiempo, una abstracción que se combina con los patrones que representan la reorganización que los microbios facilitan en la naturaleza.

Nuestro futuro no existe afuera en las estrellas sino aquí, dentro. A través del entrelazado y capas de colores e hilos, los tejidos demuestran complejidades de interconectividad.